Los mexicanos al igual que otras poblaciones de América Latina, han estado inmigrando a Europa en números elevados durante los últimos 25 años. Hoy en día, la comunidad de latinos se ha hecho extensa en muchos países del continente, en algunos más y en algunos menos. Un factor muy importante aunque por supuesto, no el único en el establecimiento de las poblaciones latinas en el continente viejo, es el idioma. Como en toda población de tierras extranjeras, hay algunos que son los primeros en llegar. Ellos son los pioneros. Los que establecen la colonia que con el paso de tiempo se construye y se extiende.
La mayor parte de latinos se ha migrado a los Estados Unidos de América por ser prácticamente el imperio del mundo contemporáneo, donde más oportunidad hay en el continente americano. En “la tierra de los libres y hogar de los valientes”, como le gusta caracterizarse el país norteamericano, durante su construcción, con la abolición de la esclavitud y después del asombroso crecimiento que tuvo al terminar la segunda guerra mundial, las manos laborales estaban en plena demanda.
Entre 1836 y 1914, más de 30 millones de migrantes europeos llegaron a los Estados Unidos con la ilusión de crecer en la nueva nación. Desde 1892 y hasta 1954, solo la Isla Ellis en Nueva York recibió unos 12 millones de migrantes, en su mayoría del sur y del occidente de Europa, quienes por varias razones se atrevieron a cruzar el Atlántico y hacer de los Estados Unidos su hogar.
Regresando a los hispanohablantes en Estados Unidos, la población hasta 1950 era 1% o menos de la población total del país, llegando al 10.2% en 1995 y 14% en 2006. Se estima que alcanzará el 30% hasta 2050 que significa que ¡uno de cada tres personas será de origen hispano!
En los estados de California y Nuevo México hoy en día los latinos/hispanos, mexicanos en su pluralidad, son la mayoría poblacional. Es más que obvio que la población blanca anglosajona se está reduciendo año tras año y se calcula que para el 2060 será el 43% del total, con los hispanos teniendo más de 30% y los demás siendo afroamericanos, asiáticos y otras minorías.
Cruzando al continente europeo, vemos que el país con más latinos después de los Estados Unidos es España y estrechando nuestro enfoque a la comunidad mexicana, es más que obvio que una gran mayoría se ha establecido en este país. Sin embargo, se puede encontrar poblaciones muy grandes en Alemania, Reino Unido, los Países Bajos, Suiza e Italia con agrupaciones menores en países como la República Checa, Austria, etc.
Según la Secretaría de Relaciones Exteriores, había más de 111 mil compatriotas en el continente viejo en el 2016, 58% de los cuales eran hombres y el resto 42%, mujeres. Por supuesto, hay que tener en mente que estos números no incluyen a los migrantes ilegales que probablemente sea una cantidad considerable.
Pero dejando las estadísticas a un lado, todos sabemos que la inmigración de cualquier pueblo a cualquier país, no es algo fácil y en la mayoría de los casos involucra mucho esfuerzo y carencias. Usualmente, los primeros en venir son los más afectados ya que no hay un familiar o amigo a quien se le podría pedir apoyo.
Migrar no es para cualquiera y aunque tenga uno alguien que lo pueda respaldar, las situaciones son diversas y complicadas. Sobrevivir bajo estas circunstancias es comprometedor y se necesita mucha dedicación para llegar a establecerse en una sociedad y cultura distinta a la conocida.
Sea como sea, la inmigración es tan vieja como la humanidad. El ser humano se ha visto forzado a mudarse de un lado al otro para satisfacer sus necesidades y para mejorar su nivel de vida. Al principio todo es difícil pero con el paso del tiempo, uno tiende a hallar su camino y poco a poco, las cosas se ponen en orden.
Según las ausencias de cada sociedad y/o las novedades que se pueden ofrecer a ellas, la gente adapta oficios o crea nuevos que por alguna u otra razón, son bienvenidos por la población autóctona. Creciendo la comunidad de migrantes de cada país, se replican oficios que se acostumbran en los lugares de origen a razón de haber gente que se puede atender ejercitándolos y permitiendo el establecimiento de negocios que no se acostumbraban por el pueblo nativo.
Ellos son los pioneros. Los que abren camino para los que seguirán llegando. Son ellos que nos inspiran admiración y por ello, les estamos dedicando una nueva categoría que vamos empezando con el sencillo pero sincero título de “Pioneros”. En esta nueva categoría, estaremos presentando a mexicanas y mexicanos que han realizado una labor o un oficio, se encargan de algún negocio o en una u otra manera, se han destacado dentro de la gastronomía mexicana. Algunas de estas personas son más conocidas que otras pero todas han aportado una hazaña en su país adoptado. ¡Les damos las gracias! He aquí sus historias…
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Diego Serratos, Primer Gestor Cultural Mexicano en Alemania
Para Diego, poder concursar en el programa “Die Küchenschlacht”, que se pasa por la televisión alemana por los últimos catorce años, fue un logro de su desarrollo como gestor cultural. A diferencia de los mexicanos, sabe que para los alemanes enseñar emotividad, no es algo muy común. Pero a Diego Serratos no le importa haber llorado en televisión alemana ya que lo importante para él es ser honesto. En una entrevista telefónica que tuvimos la suerte de hacerle, se declaró una persona muy emocional que a los 35 años de edad y teniendo 16 años viviendo en Alemania, ha aprendido a exigir dignidad, no sin antes tener que hacer un recorrido personal para conocer a si mismo. Ser un mexicano en Alemania que no esconde su homosexualidad sino que al contrario, la proclama con orgullo, en ocasiones le ha causado ser malentendido, incluso la falta de respeto. No niega que fue un camino de dolor y depresión pero hoy en día, Diego nos cuenta su historia sonriente y con humildad.